martes, 7 de septiembre de 2010

La pintura

Las pinturas a utilizar serán todas acrílicas, ya que la materia prima (porexpán), se corroe con los disolventes.
A la hora de utilizar los colores, hay que tener en cuenta los efectos subjetivos que producen en el espectador.
Los colores fríos producen la impresión de alejar los objetos de la situación del espectador: verde esmeralda, turquesa, azul ultramar, violeta. Los colores cálidos producen la impresión de acercar los objetos: amarillo, naranja, rojo, verde vegetal. Teniendo en cuenta esta cualidad a la hora de pintar los elementos del nacimiento, podremos intensificar la sensación de perspectiva, usando convenientemente los colores entrantes para los últimos planos y los salientes para los elementos situados en primer plano.
El color de los objetos dependerá de la iluminación que reciban, por lo que es mejor iniciar la etapa del pintado del nacimiento una vez totalmente instalada la iluminación definitiva.
Para pintar, será suficiente con los siguientes colores fundamentales:

- Blanco mate.
- Negro
- Ocre
- Rojo inglés
- Azul
- Amarillo limón
- Rojo escarlata
Mezclando estos colores fundamentales, podemos obtener prácticamente todas las gamas de colores a emplear en nuestro nacimiento.

Técnica de pintado:

La técnica con que se van a pintar los distintos elementos se llama claroscuro. Consiste en ir aclarando un elemento que hayamos primero cubierto con un color de tono oscuro bastante diluida en agua.
Este color de fondo se aplica con una brocha plana y grande, sin dejar nada blanco. Una vez seca la mano de fondo, se aplican los colores definitivos sin agregar agua, siempre más claros que el color de fondo y se realiza en forma de barrido con una brocha. Antes de aplicar el color adecuado sobre la superficie a pintar, rastrearemos la brocha sobre un trozo limpio de la paleta de porexpán, con el fin de limpiar el exceso de pintura de la brocha. Cuando nos quede solamente manchada de pintura, barreremos suavemente con ella.
Aprovechando la irregularidad de la superficie, al pasar sobre ella, suavemente en posición paralela, la brocha manchada en pintura, conseguiremos que vayan manchándose las partes más salientes, conservando en las zonas más entrantes y recónditas, el color aplicado de fondo.
Antes de aplicar el color definitivo o "veladura", se matiza aplicando en determinadas zonas algunas pinceladas de verdes oscuros, negros, gris oscuro.... , para obtener la sensación de humedad, suciedad o vejez.

Pintado de edificaciones:

Es aconsejable utilizar como color de fondo un gris oscuro (mezcla de blanco y negro), tocado con algo de ocre y un poco de rojo inglés.
No es conveniente que el color de fondo resulte excesivamente oscuro, porque nos obligará a aplicar muchas capas de veladura para obtener el color claro de paredes que queremos conseguir.
Es conveniente aplicar el mimo color de fondo a todas las edificaciones que se encuentren en el mismo plano del nacimiento. Ello nos ayudará a conseguir una entonación general uniforme, sin detrimento de las distintas entonaciones que queramos dar a las veladuras.
Una vez perfectamente seco el color uniforme utilizado como fondo, aplicaremos los colores definitivos, comenzando con un color terroso suave (rojo, ocre, algo de negro y quizás una pizca de amarillo para aclararlo). Secada esta veladura, terminaremos con un blanco manchado de ocre, pudiendo aplicar en algunas zonas blanco puro, muy difuminado.
Si se trata de imitar una pared hecha de piedras o similares, oscureceremos algo más el color de fondo, aplicando a continuación las veladuras en tonos beiges-rojizos o gris-azulados, dependiendo del tipo de piedra que deseamos imitar. Una vez aplicadas las veladuras, matizaremos con el pincel fino algunas piedras, rompiendo la uniformidad y acercándonos más a la realidad de la piedra.
Cuando estemos pintando un conjunto de casas, sobre el fondo común aplicado a todas, aplicaremos veladuras en tonos ligeramente diferenciados en cada una de ellas, produciendo contrastes.

Pintado de puertas, ventanas y celosías, y troncos de árboles

Como color de fondo prepararemos un gris oscuro tocado de ocre y un poco de verde o rojo inglés.
Sobre el color de fondo, una vez seco, barreremos con la brocha muy levemente manchada con una mezcla de los mismos colores del fondo, aclarados con una pizca de blanco y algo más de ocre. Se puede terminar aplicando para lograr el aspecto de madera reseca por la intemperie una última veladura muy tenue, con blanco puro, o con un pequeño toque de ocre.

Pintado de montañas y rocas:

A las montañas situadas en primer plano, las pintaremos con un fondo preparado a base de gris oscuro, manchado de ocre y algo de verde o rojo inglés. Antes de que seque el fondo, mancharemos con colores más oscuros (marrones, negros o verdes oscuros), los entrantes y oquedades que nos hayan quedado en la construcción.
Una vez seca la pintura de fondo, aplicaremos veladuras marrones, verdes oscuros, naranjas y ocres, terminando con un leve barrido de blanco con una pizca de ocre y naranja.
Para aquellas montañas que vayan a quedar situadas en planos más lejanos del espectador, reforzaremos la perspectiva, aclarando el color de fondo con adición de más cantidad de blanco y ocre. A las del horizonte les aplicaremos tonalidades celestes, violetas pálidos e incluso rosáceas a las que situemos en el horizonte.
En las montañas del horizonte, sobre la última veladura, aplicaremos una muy difuminada capa de blanco puro o tocado con una punta de gris azulado, que provocará una indefinición de los colores que reforzará la sensación de lejanía.

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